En casa de mis abuelos maternos (tio Valeriano "El Pequeño" y tía Cipriana "La Loba") había y sigue habiendo un pozo de aguas muy duras que no valían para beber, pero que se utilizaban para lavar la ropa en una pila que había al lado, lavarse uno cuando tocaba y para regar los árboles del huerto y el "cachinu" de huerta cercana. Para sacar el agua el tradicional cubo de cinc que mi primo Dionisio sujeta para tomar la instantánea cuando tenía dos añitos de vellón. Fotografía de la tía Juliana que viene de aquel verano de 1966.